"Si el deporte no existiera, el mundo sería más aburrido". Valentino Rossi.

miércoles, 22 de junio de 2016

Promesas cumplidas

Hablábamos de él por aquí hace hoy justo un año. De un chico de provincias, criado en el Estados Unidos más rural, que se prometió hacer campeón de la NBA algún día al equipo de su tierra. Nada menos. Lo intentó en sus primeros años en la mejor liga de baloncesto del mundo, llegó a jugar una final incluso, pero la frustración le hizo ver que debía probar otra aventura para liberarse, para coronarse. Y lo hizo. Por partida doble. Pero aquella promesa nunca la olvidó, y regresó a casa hace dos veranos. La temporada pasada se quedó a las puertas, pero hace unos días cumplió su palabra. Cómo no.

Lebron James ha conseguido posiblemente el campeonato con más mérito de la historia. Remontando un 3-1 en las Finales, hito nunca antes visto, y ante el mejor equipo de siempre en Liga Regular, los Warriors, con su espectacular balance de 73-9. Lo ha hecho, además, liderando los cinco principales apartados estadísticos en la final (puntos, rebotes, asistencias, robos y tapones), con una autoridad aplastante, haciendo de todo sobre la pista. Y con triple doble en el séptimo partido como guinda. Recibió la inestimable ayuda de un sensacional Kyrie Irving, sí, pero este título es suyo. De aquel chico de Akron, Ohio, que un día soñó con hacer campeones del mundo a los suyos. A la gente de Cleveland, una ciudad algo más grande que Alicante, cuya última victoria de un conjunto profesional deportivo databa de 1964. Pues ya lo ha conseguido. Ya ha ganado el anillo con dos equipos distintos. Ya es uno de los 5 mejores de todos los tiempos. Ya nos ha vuelto a emocionar... por penúltima vez.