"Si el deporte no existiera, el mundo sería más aburrido". Valentino Rossi.

domingo, 30 de septiembre de 2018

De aquí a la eternidad

José Luis Arrieta le avisa por radio de que acaba de caer una moto en una curva, que vaya con mucho cuidado. La carretera mojada de Düsseldorf, que acoge la contrarreloj de 14 km. que inaugura el Tour 2017, es una auténtica pista de patinaje. Sin embargo, ni eso asusta a Valverde, que cree que no habrá problema en entrar a la fatídica curva sin frenar, sólo dejando de pedalear. El agua, la suciedad del asfalto, el aceite que dejó la moto y quizás esa falta de precaución ayudan a que se produzca la desgracia. El murciano se pega un tremendo trompazo contra la valla que le parte la rótula izquierda en dos, además de otras facturas y heridas. "Me miro la rodilla y me digo a mí mismo: la carrera deportiva se ha acabado", recuerda el propio Alejandro en una fantástica entrevista para El Periódico (ver enlace al final del artículo) en el pasado mes de Marzo. Esa misma noche lo operan en Alemania y le esperan duros meses de recuperación. Con 37 años cumplidos, efectivamente muchos se temen que el final está cerca.

Poco más de un año después el de Movistar se presenta al campeonato del mundo de Innsbruck (Austria) como líder indiscutible de la selección española y en un excelente momento de forma. Increíble. Sólo a la altura de unos pocos elegidos. Gran parte de la jornada la protagoniza una escapada de once corredores, inicialmente, que incluso rozan los 20 minutos de ventaja con el pelotón. Pero poco a poco, y con más intensidad a partir del ecuador de los casi 270 km de recorrido, las selecciones más potentes aumentan el paso para dar caza a los fugados. El ritmo es tal que llegan a recortar 2,5 minutos por vuelta, de 27 km. cada una. Son Eslovenia, Gran Bretaña, Países Bajos y España las que más interesadas se les ve. Los nuestros, muy atentos en todo momento, tratan de estar presentes en cada corte con dos objetivos: tener presencia entre los primeros en una carrera tan difícil de controlar y evitar que se quede descolgado Valverde, la gran baza. Castroviejo, Nieve, de la Cruz y Mas arropandole en el grupo, y Herrada, Fraile e Izaguirre saliendo a cada ataque. El  trabajo da sus frutos: no se producen cortes peligrosos y los acelerones van acercando a los favoritos al grupo de cabeza. El campeón de los últimos tres años, el genial Peter Sagan, ya hace rato que se descolgó, y ahora es otro "gallo", Nibali, al que curiosamente le pasa factura el arreón de sus compatriotas buscando endurecer el tramo final, ideal para escaladores como él. Pero serán los franceses los que romperán la carrera. Pinot, Bardet i Alaphilippe muestran su poderío justo antes del tremendo muro final: 2,8 km al 11% de media, con picos del 28%. Parece ser "el momento" de la carrera, y ahí está Valverde para coger la rueda de los tres, demostrando lo fuerte que llega a este Mundial y su innata intuición. Con ellos se van también el italiano Moscon y el canadiense Wood. Es al poco de iniciar la ascensión donde se produce lo inesperado: el infernal ritmo de Bardet ha rebentado a su compañero Alaphilippe, gran favorito para esta edición. Francés, canadiense y español coronan arriba, a unos 8 km para la meta, pero un peligro acecha a pocos metros: Tom Dumoulin se retuerce sobre la bicicleta en las últimas rampas de esta infernal ascensión. Como era de preveer, el neerlandés tira de su poderoso pedaleo y acaba enlazando con el trío en la bajada. Pero esto ya parece tener dueño. Ni presión por los 38 años, ni por las 6 medallas entre platas y bronces que llevaba, ni nada. Como si de una carrera de juveniles se tratara, Alejandro comanda el último kilómetro midiendo la distancia, girándose varias veces para controlar la situación, y a 300 metros lanza un demoledor sprint hacia la gloria. Trata Bardet de meter rueda pero es un quiero y no puedo, pues el murciano cruza la línea de meta sacándole una bicicleta a sus rivales. Sus lágrimas justo al terminar y en lo más alto del podio son las nuestras viéndolo por televisión. Tras tantas veces rozándolo, y con el añadido de hacerlo tras aquella desgracia en Düsseldorf, por fin el próximo año uno de los más grandes que ha dado este deporte, uno de los nuestros, lucirá ese tan ansiado maillot arcoiris. Hoy el ciclismo sí hizo justicia.

Él dice que irá a Tokio 2020 y que luego ya se verá. Tendrá entonces 40 años, una locura para un ciclista profesional, pero conociendo al personaje ya nadie se atreve a ponerle límites. Ojala sea alguno más, por el bien suyo, de nosotros los espectadores y de todo el mundo del ciclismo en general, aunque en realidad poco importará: su recuerdo quedará para siempre en nuestra memoria.


https://www.elperiodico.com/es/ciclismo/20180302/ciclismo-movistar-alejandro-valverde-cuenta-caida-recuperacion-tour-6662632

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