El Barcelona conquistó este Domingo su novena Copa de Europa de balonmano tras superar en la final al Veszprem húngaro por 28-23. La Final Four, celebrada como viene siendo habitual los últimos años en el espectacular LANXESS Arena de Colonia, se inauguró el Sábado con las semifinales. Los culés vencían al Kielce polaco con cierta claridad al final pese a no desplegar su mejor juego, mientras que los húngaros daban la gran sorpresa al eliminar al Kiel alemán. En la final sólo hubo un equipo y los azulgranas tocaron la gloria cuatro años después de su último título.
Un logro con muchos nombres propios. Xavi Pascual, entrenador formado en la casa y del que casi nunca se habla, lleva las riendas del equipo desde 2009 y mucho tiene que ver en todos los éxitos de estos años. También las continuas exhibiciones de Saric en la portería, así como la velocidad y goles de los extremos Tomàs y Sigurdsson, los lanzamientos lejanos de Lazarov, la dirección de Entrerríos y Sarmiento o la defensa de Viran Morros y Sorhaindo. Complicado destacar entre semejante plantilla, pero si alguien lo consigue es sin duda Nikola Karabatic. El francés llegó al Barcelona en 2013 con casi 30 años y habiéndolo ganado todo en Montpellier, Kiel y selección francesa, con dos Copas de Europa y dos oros olímpicos incluidos. Sin embargo, ya desde el primer día se entregó como un juvenil más. Si a su ambición y actitud le sumamos su tremendo talento, el resultado es el mejor jugador del mundo durante el último lustro. Un todo-terreno, decisivo tanto en defensa como en ataque, cualidad extraña de ver en balonmano donde los cambios entre ambas facetas son constantes. Doble mérito, por tanto. El enorme desgaste que supone el aspecto defensivo parece no acusarlo después a la hora de atacar, donde dirige al equipo con fluidez y golea con su extraordinario lanzamiento. Además, su carisma consigue reactivar a sus compañeros en los peores momentos y la conexión con el Palau ya hace tiempo que es total. Prometió a su llegada que volvería a traer el máximo cetro continental a Barcelona. Un título que ya logró en sus dos anteriores equipos pero que a los culés se les estaba empezando a resistir las últimas temporadas, pese a lo impresionante de su plantilla. Una promesa que acaba de cumplir... y de qué manera. Con 14 goles en esta Final Four y el título de MVP bajo el brazo.
Se rumorea que puede dejar el club en verano para volver a su país. Tiene una gran oferta del Paris Saint Germain sobre la mesa. El Barça, consciente de su incalculable valor, ya le ha ofrecido la renovación, con ampliación de contrato, mejora económica y la posibilidad de trabajar en el organigrama del club cuando se retire. Su decisión se conocerá los próximos días. Si finalmente Karabatic se va, sólo nos quedará agradecerle estos dos años que nos regaló en nuestro país. Un jugador tan bueno que en tan poco tiempo se ha convertido en una de las estrellas más destacadas del Barcelona. La más brillante de su firmamento.
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