"Si el deporte no existiera, el mundo sería más aburrido". Valentino Rossi.

miércoles, 11 de julio de 2018

Diario de un Mundial

Dia 28 - Miércoles 11 de Julio. Estados de ánimo.

La frase "el fútbol es un estado de ánimo" es tantas veces repetida como cierta. El talento es fundamental, sobre todo en la élite, como también el rigor táctico o el sacrificio y actitud de los jugadores, pero el intangible de la confianza, de la convicción, es muchas veces el factor decisivo. También en la vida, claro.

Si a los cinco minutos te pones ya por delante en la semifinal de un Mundial tu autoestima sube por los aires. Lógico. Y si además tienes las cosas tan claras como esta Inglaterra mucho más. ¿Para qué sacar el balón dando mil pases si puedes llegar al área contraria con sólo un pelotazo?. Suena a fútbol primitivo pero a este equipo le funciona a la perfección. Bueno, eso y el balón parado, su gran arma. Esta vez no fue de córner sino de un fantástico libre directo de Kieran Trippier con lo que se adelantaron en el marcador. El 1-0 parecía una auténtica montaña que superar para los croatas, que no encontraban a Modric y Rakitic y, por tanto, tampoco la forma de meterle mano a la rocosa defensa británica. Tres centrales que no sólo son casi inexpugnables, sino que también sirven para generar juego con sus continuos balones directos. Simplemente cogiendo los rechaces y estando plantados en campo contrario Inglaterra controlaba el partido a su antojo. Un juego muy simple el inglés pero que le ha valido para llegar hasta aquí. Incluso pudieron ampliar la ventaja antes del descanso, pero hoy Kane no tenía afinada la puntería. Poco varió el guión a la vuelta de los vestuarios. Sí ganó Croacia algo más en control de juego, pero este era totalmente estéril ante ese 3-5-2 tan ordenado de Gareth Southgate. Tan desesperados se veían los balcánicos que recurrieron a su antítesis: centrar balones al área. Muy optimista parecía derrocar así a lo ingleses. Pero esto es fútbol: así logró el empate. Un avispado Perisic se adelantó a Walker para empatar el encuentro. Un tanto lo cambió todo. Quizás porque no se lo esperaba ni mucho menos, quizás por la confianza que ganó su rival con él, lo cierto es que Inglaterra no supo cómo reaccionar mientras que Croacia iba creciendo con el paso de los minutos. Y ese "subidón" se ejemplarizó sobretodo en su goleador de hoy. El del Inter aparecía por todas partes, pudiendo culminar la remontada en un tiro cruzado que se fue al palo. También la tuvo Mandzukic, que disparó a la media vuelta a las manos de Pickford. El tiempo reglamentario se cumplió con la sensación de que o esto se lo llevaban los croatas o iríamos una vez más a penaltis. Quién lo diría al descanso. Siguió en efecto la misma dinámica en la prórroga, con Modric como director de orquesta. La tuvo de nuevo clarísima el de la Juventus y ex del Atlético, pero el portero inglés achicó rápido. A la tercera fue la vencida. Aprovechando un grotesco despiste de Stones, ahora sí Mario acertaba y marcaba el segundo a pocos minutos de cumplirse las dos horas de juego. El gol más importante en la historia de este país de cuatro millones de habitantes.

No tendrá muchas mejores ocasiones Inglaterra para disputar una final de un Mundial como esta, mientras que Croacia llega a la primera de su historia eufórica, tras superar tres eliminatorias de 120 minutos, dos de ellas a los penaltis. Con permiso de lo que dé de sí la temible Francia, veremos quién puede más: si el cansancio o el estado de ánimo.


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