Dia 18 - Domingo 1 de Julio. Inocente, inocente.
España estaba bien avisada tras los fiascos de Argentina y Portugal. Ni siquiera tener a los dos mejores les valió. Es este el Mundial de la igualdad, no hay duda ya, y los de Hierro además llegaban a los octavos con más dudas que certezas tras la fase de grupos.
Con Isco de nuevo como director de orquesta, el dominio del juego era español y, aunque no llegaban demasiadas ocasiones, las sensaciones eran buenas. El gol llegó pronto, además, en una acción desafortunada del capitán Ignashévich. Pareció entonces que con el 1-0 ya estaba todo hecho. Posesión pero sin ocasiones... y sin control. No se pisaba área contraria y cuando los rusos pisaban la nuestra temblábamos a pesar de los 4.000 km. de distancia. España parecía empeñada en seguir com el guión de este Mundial: mucho balón pero inocencia en las áreas, donde se decide todo. Inocencia y regalos, como el de Piqué (de nuevo) a poco del descanso con unas manos infantiles a remate de Dzyuba. El mismo delantero ruso convirtió el penalti y puso las tablas. Nada cambió tras el descanso. Sólo Koke en la recuperación e Isco en la creación parecían darse cuenta del paso de los minutos. Pero faltaba "punch" arriba. Algo se ganó con el cambio de Aspas por Diego Costa, pero viendo la muralla rusa y la escasez de ideas españolas, quizás Hierro debería haber hecho más que cambiar hombres por hombres (Carvajal e Iniesta ofrecieron poco más que Nacho y Silva, respectivamente). De repente llegó el minuto 90 y, mientras los rusos se abrazaban, los españoles andaban cabizbajos. Revelador. Con la entrada de Rodrigo por fin llegó el segundo delantero y las ocasiones más claras. Pero entonces apareció el capitán Akinfeev, ganando ya confianza para la tanda de penaltis. Se llegó a ella y el miedo era evidente. Sobretodo porque los penaltis son dos cosas: psicologia y porteros. Y ellos llegaban crecidos, los nuestros frustrados y De Gea con todos los fantasmas del mundo tras su discutido torneo. Lo que nos temíamos ocurrió: el suyo paró dos y el nuestro ninguno, y España se va a casa demasiado pronto y ante un rival muy menor. Nada extraño por otra parte viendo los cuatro partidos, donde no hicimos nada para merecer otro desenlace... o quizás mucho para merecer este, empezando por descabezar al grupo a dos días del Mundial.
Croacia y Dinamarca parecieron saltar al campo con la misión de demostrar al mundo de qué va esto, tras lo visto en Moscú un rato antes. A los 4 minutos ya habian marcado los dos ("¿veis de qué va esto, españoles?"). Pero poco duró la rebeldía. Con alternancias en el juego y pocas ocasiones llegó el descanso, y la segunda parte es quizás la más aburrida del Mundial. En la prórroga más de lo mismo, mucho respeto y pocas nueces, hasta que en el 114' Jorgensen derribó a Rebic cuando iba a marcar, vio amarilla pero Schmeichel le paró el penalti a Modric. ¿Dónde hay que firmar? En la segunda tanda del día los dos arqueros sí hicieron méritos para llevársela. En un gran duelo de paradas, Subasic terminó siendo el héroe y dio el pase a cuartos a unos croatas que nunca imaginaron sufrir tanto, sobretodo tras su impecable fase de grupos.
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