Dia 24 - Sábado 7 de Julio. La vieja Europa.
Tras la primera semifinal que salió de los cuartos del Viernes, ese atractivo Francia-Bélgica, ayer otros cuatro equipos europeos buscaban el pase a la segunda. En un Mundial donde Argentina y Brasil cayeron demasiado pronto, las selecciones del viejo continente están confirmando la hegemonía de Europa en el fútbol, donde nadie duda que se encuentran las mejores competiciones de clubes. Asia, África y Oceanía todavía están muy lejos, pero Rusia 2018 ha supuesto una gran decepción para el continente americano, donde se vive el deporte rey con auténtica pasión.
El Suecia-Inglaterra de las 16:00 h de la tarde era la metáfora de lo que está siendo este Mundial. El de la eficacia. Dos selecciones con poco brillo en su juego pero letales en las dos área. Juegan a lo mismo, pero los británicos tienen más talento, claro. Llegados a este punto, no iban los dos protagonistas a inventar nada, y el partido siguió el guión esperado. Con un juego plano y muy pocas ocasiones de gol, era Inglaterra la que llevaba la iniciativa, conscientes de su papel de favorito. A la media hora consiguió abrir el marcador, cómo no, a balón parado, ese recurso al que los ingleses siempre le han sacado todo el partido posible. Por algo los córners se celebran como medio gol en la Premier. El central del Leicester Harry Maguire entró como un tren y con un gran cabezazo ponía el 0-1 en el marcador. Reaccionó algo Suecia, aunque sin obsesionarse tampoco, pero ayer Jordan Pickford despejó todas las dudas acerca de si Inglaterra ha encontrado ya por fin su portero. Lo sacaba todo el del Everton, por el que ya se pelean los grandes de la Premier. Ya en la segunda parte, una buena combinación terminaba con un preciso centro de Lingard al segundo palo rematado por Dele Alli a la red. Ahí el partido pareció acabar. Alguna situación de peligro dispusieron aún los suecos, que quizás con Ibrahimovic hubiesen hecho algo histórico en este Mundial. Pero ayer Zlatan no estaba y sí Pickford con sus paradones. Así, Inglaterra estará en unas semifinales de la Copa del Mundo 28 años después, nada menos, desde Italia '90. Una espera demasiada larga para los inventores de esto.
Croacia y Rusia tenían también ante así una oportunidad histórica, que pocas veces más se les presentará. Los primeros eran favoritos, por talento y juego desplegado durante el torneo, pero los segundos quizás sean el equipo con más confianza de los que quedan, tras cargarse a España y el plus que da disputar una competición de este calibre en casa. Con Modric y Rakitic bien anulados por el entremado ruso, poco estaba ocurriendo en la primera parte, casi un calco del anterior partido, hasta que llegó el golazo de turno de Chéryshev. El ex-madridista cazó un balón a pocos metros de la frontal y lo envió a la escuadra derecha de la portería croata, inalcanzable para Subasic. El gol despertó de su letargo a Croacia y enseguida empató Kramaric tras asistencia de Mandzukic. El descanso llegó sin más sobresaltos y la reanudación los croatas metieron una marcha más. Con un Modric mucho más participativo, la sensación era que pronto culminarían la remontada. Perisic la tuvo con un disparo cruzado desde dentro del área, pero el palo evitó el 1-2. Siguió el dominio balcánico pero las ocasiones no abundaban, y el paso de los minutos provocó un lógico miedo a perder en ambos equipos sabiendo que disponían de 30 minutos más extra por jugar. El 1-1 aguantó hasta el final, y la prórroga fue preciosa. Justo en el minuto 100 llegaba ahora sí el gol croata, en un lanzamiento de corner cabeceado por el lateral izquierda Vida. Los rusos se volcaron al empate, conscientes del poco tiempo restante y de nuevo a balón parado, factor absolutamente decisivo en este Mundial, conseguían el acceso a la tanda de penaltis gracias al gol del brasileño nacionalizado Mario Fernandes. Los dos protagonistas en el tiempo extra lo fueron también en las penas máximas. El primero no falló pero el segundo sí, junto a Smolov con su penalti "a lo panenka". El paradón de Akinfeev a Kovacic abrió una rendija de esperanza, pero dos cracks como Modric y Rakitic no iban a desaprovechar una oportunidad así para hacer algo grande en un Mundial. Hay dudas sobre qué generación croata es la mejor de siempre, pero al menos ya sabemos que esta también disputará unas semifinales mundiales, como los Prosinecki, Boban, Suker y compañía hicieron hace ahora veinte años. Rusia, por su parte, tendrá que esperar, una vez más en su Historia, a lograr su ansiado asalto a Europa.
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