Dia 20 - Martes 3 de Julio. Una vez en la vida.
Es mentira que todo vuelva. Que para todo se nos presente una segunda oportunidad. Por supuesto, hay situaciones que por diversas razones se vuelven a presentar en nuestra vida, pero no dejan de ser excepciones. Con Alemania, Argentina, Portugal y España ya en casa, y Brasil, Bélgica, Uruguay y Francia por la otra parte del cuadro, será muy difícil que a Suiza y Colombia se les presente otra ocasión tan favorable para hacer algo grande en un Mundial como la que se encontraban en este.
Antes del minuto 10 de partido Suecia ya habia dejado claro de qué va esto. Con un juego simple pero muy directo, su 9 Berg ya se había encontrado con dos balones dentro del área, aunque en ambos su disparo se le fue arriba. En una primera parte en la que los helvéticos controlaban el juego, eran los nórdicos sin embargo los que disfrutaron de las mejores ocasiones de gol. La posesión es para los débiles. En la reanudación siguió la tendencia y a los 20 minutos encontraron el premio en un disparo lejano de Forsberg que desviaba la defensa para el 1-0. No pudo hacer nada en esta el portero Sommer, el mejor de los suyos anoche. Suiza lo intentó de todas las maneras, pero no tuvo acierto y deja el Mundial sabedor de que una gran oportunidad se les escapa a esta buena generación de futbolistas, no tan comunes en un país de poco más de 8 millones de habitantes. Suecia en cambio accede a los cuartos de un Mundial 24 años después... y sin hacerle falta la leyenda Ibrahimovic. Ahí queda eso.
Inglaterra-Colombia era el último partido de octavos de final y tenía una pinta estupenda, la verdad. Dos selecciones con ciertas similitudes: dos buenas generaciones de jóvenes futbolistas con un juego muy simple pero efectivo. Peligrosísimos sobre todo a balón parado, con Harry Kane y Yerry Mina como sus nombres propios en este torneo. Un detalle amenazaba con ser decisivo: James Rodriguez no llegaba al choque. Pékerman quizás se asustó demasiado con la ausencia del crack y sacó un equipo muy defensivo. Esto, unido a la poca creatividad de los ingleses y las dos férreas defensas generó una primera parte muy sosa, muy táctica. Aún con todo, era Inglaterra la que más buscaba el gol, hasta que lo encontró en una suerte ya muy familiar para ellos: Kane de penalti. A Colombia le costó reaccionar, muy limitada por esa falta de talento sin el ex-madridista, pero se guardó un gran arreón para el tramo final. Y vaya final. Nada menos que en el 93' aparecía por tercera vez (sí, tercera) en el torneo el interminable Mina para elevarse y con un gran cabezazo mandar el partido a la prórroga. En ella mucho miedo a perder de ambos: los penaltis decidirían de nuevo. Los cinco primeros fueron sencillamente impecables. El sexto de Henderson también, pero Ospina lo detuvo con una gran estirada. El larguero volvia a situar las tablas a lanzamiento de Uribe, Tripier y Dier no perdonaban pero sí lo hacía Bacca, para poner fin al sueño cafetero en un Mundial que parecía propicio para ellos.
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