Dia 5 - Lunes 18 de Junio. Regreso al futuro.
El primer Lunes del Mundial era la resaca de un apasionante fin de semana. Los tropiezos de Argentina, Alemania y Brasil, nada más y nada menos, es un reflejo perfecto de la igualdad que estamos viviendo en este torneo. Debutaban hoy dos de las selecciones a priori con más futuro del planeta viendo el carnet de identidad de sus cracks: Bélgica e Inglaterra.
Los milennials no nos acordamos pero hubo una época en la que Bélgica e Inglaterra eran dos potencias futbolísticas. En México 86 los primeros llegaron ni más ni menos que a las semifinales, liderados por Jean-Marie Pfaff y Enzo Scifo, donde sólo les pudo parar la Argentina de Maradona, que curiosamente acababan de echar en cuartos de final a los ingleses en aquel mítico partido (por contexto político y exhibición del 10). Aquella fantástica generación británica con Shilton, Lineker o Gascoigne rozaron la gloria cuatro años después, donde sólo los penaltis les separaron de la gran final. Sin embargo, en estos últimos 25-30 años casi no hubo noticias de ninguna de las dos. La larga travesía en el desierto parece ir llegando a su fin. Los Courtois, De Bruyne, Hazard o Lukaku tienen, además de juventud, mucho talento en sus botas. Es una generación además muy equilibrada, con todas las posiciones bien cubiertas. En algún torneo de estos darán el campanazo... quién sabe si aquí en Rusia. De momento se han estrenado de forma prometedora, con un cómo 3-0 casi al trantrán con doblete del "killer" del United y una exhibición de esa maravilla llamada Kevin De Bruyne.
El primer partido del dia pasó casi desapercibido, ya que poco más ocurrió aparte del gol de Suecia en el minuto 65, otro penalti por cierto detectado por ese invento llamado VAR que cada vez genera más adeptos, y que le sirvió a los suecos para llevarse los tres puntos ante Corea del Sur. Y a las 20:00 h llegaban Harry Kane y compañía. El del Tottenham demostró porqué es unos de los delanteros centros más cotizados del momento. A los 10 minutos ya adelantaba a los suyos, además de forma justa viendo cómo transcurrió la primera media hora: vendaval inglés con el que en condiciones normales deberían haber cerrado el partido. Sin embargo, y como suele pasar, tanto perdonaron que lo acabaron pagando poco antes del descanso, tras un error infantil de Walker al regalar un penalti con un manotazo. La segunda parte fue un quiero y no puedo, donde quedaron claras las carencias de este equipo: el juego en estático. La ordenada Túnez apenas pasaba apuros ante unos Sterling, Delle Alli, Lingard o el mismo Kane que prefieren atacar con espacios y campo por delante, qué duda cabe. Con la entrada de Rashford y Loftus-Cheek el equipo mejoró y las ocasiones fueron cayendo hasta que ya en el descuento la gran estrella decidía el partido con su segundo tanto a la salida de un córner.
Quizás no figuren en las apuestas de casi nadie, pero olvidarse de Bélgica e Inglaterra sería olvidarse de la Historia... decisión de más que dudoso resultado teniendo en cuenta lo mucho que nos ayuda el pasado para poder anticiparnos y entender el futuro.
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