"Si el deporte no existiera, el mundo sería más aburrido". Valentino Rossi.

lunes, 25 de junio de 2018

Diario de un Mundial

Dia 12 - Lunes 25 de Junio. Mar de dudas.

Llegaba ya la última jornada en los grupos A y B. En el primero ya se conocían los clasificados a octavos, Rusia y Uruguay, que se enfrentaban entre ellos para definir quién acababa primero y quién segundo, mientras que en el de España aún Irán tenía una mínima oportunidad de enviar a portugueses o españoles a casa.

El Arabia Saudí-Egipto era el primer duelo sin nada en juego en este Mundial. Salah sin embargo tenía cosas que demostrar. Lastrado aún por aquella lesión en el hombre de la final de Champions, no hemos podido ver su mejor versión, pero hoy nos dejó una pincelada al menos de su clase, con una definición exquisita en el 0-1. Pudo hacer doblete en otra contra calcada pero la vaselina ahora le salió desviada. Rusia 2018 está siento tan grande que podemos ver hasta porteros de 45 años parando penaltis. El Hadary celebró así su récord de longevidad, pero no pudo evitar el empate saudí justo antes del descanso. Como suele pasar, el gol funcionó como motivación y la segunda parte fue de los asiáticos, que obtuvieron el premio en el tiempo de descuento. Mientras tanto en Samara el partido más atractivo en teoría tuvo curiosamente menos historia. Luis Suárez ejemplificó con su lanzamiento de falta a los 10 minutos lo que es este equipo: pragmatismo. Una falta en la frontal se ejecuta fuerte y abajo al palo del portero. Tuvo Cheryshev casi a continuación el empate con una clarísima volea que se encontró Muslera, pero lo que es el fútbol, minutos después un disparo sobre él acabó significando el desafortunado 2-0. Para colmo, Rusia se quedaba con uno menos y el partido ahí sí parecía acabarse. El segundo tiempo sólo sirvió para que Cavani se estrenara en el torneo, y para que Uruguay acabe la primera fase invicta, seña de identidad de lo que es este equipo.

A las 20:00 h Portugal y España buscaban acabar cuanto antes con cualquier atisbo de sorpresa. Y lo cierto es que ambos encuentros tuvieron de todo menos tranquilidad y guión esperado. Los nuestros empezaron bien el partido. Liderados por un magistral Isco, las combinaciones a menudo finalizaban con peligro, pero un despiste entre Iniesta y Ramos provocó el gol marroquí. El tanto, a pesar de lo inesperado, no pareció afectar demasiado a España que poco después empataba aprovechando la calidad de la que hoy disponía en el centro del campo. Un gran tuya-mía entre Iniesta, Costa e Isco terminaba con el remate a la red de este último, que ya empieza a destacar bastante sobre el resto de sus compañeros en este Mundial. El encuentro poco a poco se fue atascando. Marruecos, sabedor de su inferioridad, no tenía reparos en recurrir al juego duro y, además, creaba enorme peligro una vez superaban el medio campo ante la increíble pasividad de los Piqué, Ramos y compañía... hoy de nuevo preocupantemente despistados. De Gea evitó otro tanto africano en un peligroso mano a mano, aunque también España pudo haber marcado antes del descanso, al que se llegaba con la sensación de que ni mucho menos la situación estaba bajo control. Todo lo contrario que en el otro partido, donde los portugueses no pasaban excesivos apuros y parecían encarrilar su pase con un golazo con el exterior del pie derecho de Quaresma. Uno de los suyos, sí. Ambos encuentros entraron en una fase similar a la vuelta de vestuarios. Las ocasiones del gol desaparecieron, y muy preocupante era imagen de España. Con un Iniesta al que se le acababa la gasolina, unos desaparecidos Costa y Silva y unos discretos Busquets y Thiago, la fluidez del primer tiempo no llegaba, si acaso pinceladas de Isco, y desde el banquillo tampoco parecían llegar soluciones. Es más, cuando Hierro por fin se decidió pareció confundirlo todo un poco más. De repente nos quedamos sin goleador al que centrar balones y con Silva de organizador. Cristiano Ronaldo también se había sumado a las dudas al fallar donde él nunca falla: el lanzamiento de penalti, y los minutos finales significaron una auténtica montaña rusa. En Nesyri aprovechó el despiste continuo de la defensa española para volver a adelantar a Marruecos con un gran cabezazo y sonrojar más si cabe a la Roja. Ya en el descuento, un taconazo de Aspas, anulado en un principio por el árbitro al pitar fuera de juego pero rectificado segundos después por el VAR, ponía las tablas de nuevo. Bendito VAR. Y casi de forma simultánea, Irán mandaba a Portugal a pelearse con Uruguay en octavos al empatar también en el tiempo añadido. España lo hará así finalmente ante Rusia. Impensable tan sólo 5 minutos antes. En principio bueno para los nuestros, aunque visto lo visto el peor enemigo no son otros que nosotros mismos y las enormes dudas que tras estos tres partidos dejamos.


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