Dia 8 - Jueves 21 de Junio. Debacle absoluta.
Ya en el dia 8 de Torneo llegaba la primera "final" del mismo. Tras el tropiezo con la sorprendente Islandia, Argentina afrontaba un encuentro decisivo precisamente ante el rival más duro del grupo, la Croacia de Modric, Rakitic o Mandzukic. Las sensaciones no eran nada buenas, pero tener en tus filas al mejor del mundo siempre te permite soñar.
Antes llegaron los otros dos partidos del dia. En el primero Dinamarca y Australia trataban de no perder la estela del "coco" del grupo C, Francia. Los daneses comenzaron de forma inmejorable con el gol a los pocos minutos de su gran estrella, Eriksen, quien aprovechaba con una volea a la red una gran asistencia de su compañero Jorgensen. Poco antes del descanso el VAR volvía a ser protagonista. El español Mateu Lahoz recurrió a él tras una dudosa mano dentro del área danesa... y bien que hizo, pues las repeticiones confirmaron el penalti. Jedinak lo convertía para igualar el marcador. La segunda parte fue más "aussie" que "nórdica", pero el marcador ya no se movió. Los franceses jugaban a continuación. Casi siguiendo el guión de la primera jornada ante Australia, también hoy se llevaron los tres puntos con la ley del mínimo esfuerzo, como guardándose munición para batallas de más enjundia. Mbappé sólo tuvo que empujar un rechace del portero tras un disparo de Giroud. Tras esto, poco más. Es posible que ni jugando N'Golo Kanté él sólo ante toda la selección Perú hubiese llegado el empate.
Pero los todos los focos estaban puestos hoy en Nizhni Nóvgorod, en plena Rusia occidental. Ya durante el himno no se presagiaba nada bueno para los argentinos. Cabizbajo, con la mano frotándose la cara, como preocupado, el gesto de Leo Messi no era nada esperanzador. Quizás él tampoco entendía el inexplicable once por el que se decidió Sampaoli. Pasó a defensa de tres, con dos carrileros en los costados, y con hasta cuatro caras nuevas respecto al partido de debut. No parece muy inteligente realizar tales probaturas en pleno Mundial, pero aún menos si en el banquillo se sientan Banega, Lo Celso, Di Maria, Dybala o Higuain. Alucinante. Ante tal locura Argentina pareció salir al campo desconcertada. Sin tener ni mucho menos las ideas claras, los tramos en los que disponía de la pelota era porque así lo quería Croacia, quien (evidentemente) no temía nada viendo esa sala de máquinas compuesta por Mascherano y Enzo Perez. Ante tal falta de creación de juego, uno se podría esperar que Messi bajara hasta el mismísimo Caballero si hiciese falta a buscar el esférico. Pues tampoco. El 10, escondido entre las dos lineas defensivas croatas, se mostraba tímido y poco participativo. Imperdonable viendo su talento y tan importante cita. Al descanso se llegó aún con 0-0 porque Modric, Rakitic y compañía no se decidieron a ir a por el partido. Ni más ni menos. a los 10 minutos de la reanudación Caballero pensó que para qué seguir con la tontería. Su garrafal error ante el delantero rival sólo era un síntoma más del esperpento argentino. Hubo momentos de dudar incluso en si los jugadores de Sampaoli eran futbolistas profesionales. Metió este por fin en el campo a dos de ellos, pero ni Higuain ni Dybala pudieron levantar nada, aunque con dos "cositas" ya fueron los mejores. Messi pareció contagiarse y lo intentó en un par de acciones, lo que no palió su a la postre decepcionante partido. Hasta que Modric cogió un balón en la frontal, buscó el instante justo y la clavó junto al palo izquierdo de Caballero, para asegurar el pase de los suyos a los octavos. El 3-0 de Rakitic sirvió para hurgar aún más en la herida, desquiciar por momentos a los sudamericanos y confirmar una debacle que sitúa a una de las grandes al borde del precipicio.
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